Vuelta al origen
«Este pueblo se está levantando»Que Dios nos ama y nos busca lo teníamos claro; era lo que nos había estado repitiendo estos años para sellar la identidad de hijos de Dios en nuestro corazón. Pero lo que hemos vivido estos días ha ido más allá; ya no es una llamada a reconocer nuestra identidad, sino a ponerla en práctica. El pueblo de Dios se está levantando para llevarlo a la sociedad, para vivir como los primeros discípulos, como en Galilea.
Rozas de Puerto Real se convirtió el pasado 27 de julio en la Galilea de Jesús. Allí, más de 100 jóvenes de 18 a 27 años escucharon este llamado fuerte de ser un verdadero discípulo en el encuentro de formación y discipulado que organizaba el Ministerio Nacional de Jóvenes de la Renovación Carismática Católica. Con diferentes ponentes y temas desde la afectividad y el autoconocimiento hasta la comunidad o la sobrenaturalidad de Dios, hemos ido viendo cómo se va levantando un pueblo de profetas, que escuchan al Espíritu Santo, le alaban y se dejan guiar para proclamar lo que Él quiere hacer en nosotros.
En Galilea, en el origen, donde Jesús empezó esta revolución; ahí es donde hemos vuelto a conectar con la llamada de Dios a vivir la sobrenaturalidad de forma corriente, a poner a Dios en el centro y construir nuestra identidad sobre Él, a caminar acompañados. El Espíritu ha inundado nuestros corazones estos días, y no podemos más que vivir lo que estos días nos han revelado: la natural sobrenaturalidad de Dios.
“Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos e hijas; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños. Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu. Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierraâ€. (Hechos 2,17-19)
Irene Herrero
Testimonios:
«Empecé el encuentro con dos semanas a las espaldas entre servicio y formación, algo cansado físicamente, pero con una gran ilusión por ver como Dios hablaba los días que se venían. Al segundo día por la mañana fui a intercesión gracias a los consejos del resto del equipo, sobre todo por el cansancio acumulado, y puedo dar fe de como eso transformó todo lo que vino después. Dios renovó fuerzas en mi cuando tomé la decisión de dejarle a él mis cargas permitiéndome ser testigo de la generación de profetas y seguidores radicales de Dios que se está levantando.» - José Luis Garrido